Este viernes 5 de julio, los concejales mantuvieron un encuentro muy especial con Carlos Páez, uno de los dieciséis sobrevivientes del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya que en el año 1972 chocó contra una montaña y le costó la vida a un total de 29 personas.

Previo a brindar una charla en el marco del 50º aniversario del Seven a Side, torneo federal organizado por el Círculo Rafaelino de Rugby, el uruguayo visitó la sala de sesiones del Concejo Municipal de Rafaela y se reunió con los ediles.

Lisandro Mársico, presidente del órgano legislativo local fue quién encabezó la reunión y le dió la bienvenida al invitado junto a Leonardo Crossetti, máximo referente del C.R.A.R. y Ernesto Defagot, vicepresidente.

La visita se extendió durante una hora, en la cuál, el disertante internacional relató su inspiradora vivencia en el suceso que atravesó. Asimismo, brindó detalles de su historia de vida y las adversidades que afrontó: “Yo nací el día en que se cayó el avión, tenía 18 años y a lo largo de esos 70 días viví una historia de evolución y transformación”.

La charla estuvo repleta de reflexiones valiosas relacionadas a la unión, el trabajo en equipo y el compañerismo: “Nosotros peleamos mucho en la Cordillera pero siempre mantuvimos la unidad, todos unidos salimos adelante en una historia más grande de supervivencia de todos los tiempos”.

Al finalizar la visita, Carlos Páez, aseguró: “Siempre es bueno poder compartir la historia, sobre todo con gente influyente. Me importó mucho dejar un mensaje de unidad porque a veces está la discusión permanente y el separarse y esto no debe ser así. Nuestra historia se relaciona mucho con la unidad, el trabajo en equipo y la lucha por un objetivo en común”.

Por su parte, Lisandro Mársico, agregó: “Estamos emocionados y muy contentos por haber tenido el honor de recibir en el recinto a Carlos Paez. No solamente se habló del suceso en Los Andes, sino de cómo se sobrepuso a distintas adversidades que la vida le fue presentando a partir de lo que le había sucedido. Escucharlo fue un verdadero placer y un aprendizaje total. Es una persona muy accesible con una humildad a flor de piel. Agradecemos al CRAR, a Leonardo Crossetti y Ernesto Defagot porque fue a través de ellos por el cual nosotros tuvimos la oportunidad de recibirlo”.